El Museo Alfonso X el Sabio, como tal museo, no adquiere corporeidad hasta el año 2009. Sin embargo, como conjunto de colecciones y con la denominación en plural de “museos” (lo que hoy denominamos como secciones o áreas) se tiene constancia desde los comienzos del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Murcia en el siglo XIX.
Biblioteca
LA BIBLIOTECA
Ya en 1838, comienza a formarse la Biblioteca del Instituto con una comisión de catedráticos formada por Baquero, Vallespinosa, Echegaray, Marín y Sandoval. En 1861 se habla de la creación de una gran biblioteca y en 1876 ésta ya consta de 10.933 ejemplares. Poco a poco, pero de forma continuada, e intensa en ciertos períodos, el material bibliográfico ha ido configurando unos fondos que se han visto menguados por circunstancias y agentes distintos, pero que hoy han llegado a configurar un acervo muy significativo.
Los libros, legajos, revistas y otros documentos, llegan a la institución por fuentes diversas. La fusión de la biblioteca inicial con la del Seminario de San Fulgencio supone un arranque importante para la identidad de la misma. En principio, se conforma el grueso bibliográfico con los fondos de conventos desamortizados; después, se adquieren con la propia economía del Instituto, y, posteriormente, van aportándose como donaciones legadas por científicos, profesores del Centro, entidades culturales y asociaciones de muy distinta índole. Entre las aportaciones personales más importantes están las que se llevan a cabo por ilustres profesores, como Ángel Guirao Navarro, Lope Gisbert, José Santiago Orts y Baquero Almansa. Estas aportaciones se han ido sucediendo con una cierta asiduidad hasta el momento actual, en el que la Biblioteca ha recibido la donación de la familia del que fue ilustre catedrático de historia D. Francisco Morote Chapa.
En la actualidad, se divide la Biblioteca en tres secciones: Fondo Histórico, Biblioteca Histórica y Biblioteca General y Escolar. El Fondo Histórico salvaguarda las obras más antiguas, desde el siglo XVI al XVIII, así como algunos ejemplares del XIX que ofrecen un interés especial. La Biblioteca Histórica está dedicada principalmente a las obras del siglo XIX, siendo su caudal de una densidad que la hace meritoria; del siglo XX se recogen obras publicadas hasta el año 1957. Por su parte, la sección General y Escolar está dedicada a textos de carácter general, aquellos editados a partir del año 1958, y a libros de carácter didáctico y divulgativo.
Aunque una gran parte de los fondos se está recatalogando, la realidad del material bibliográfico, las diferentes variedades temáticas y sus posibles organizaciones, no hace descartar que, en fecha no muy lejana, puedan organizarse de nuevo las secciones, teniendo en cuenta nuevos criterios más adecuados a la situación real.
Ciencias Naturales
ÁREA DE CIENCIAS NATURALES
Múltiples ejemplares de peces, reptiles, mamíferos, aves, minerales, rocas, fósiles, conchas, moluscos, semillas, huevos de aves y otras curiosidades y materiales de carácter didáctico configuran las muy ricas colecciones que integran esta sección, iniciada en el año 1850.
No cabe duda que las colecciones del antiguo Gabinete de Historia Natural se formaron gracias a la intervención del eminente profesor, doctor en medicina, ilustre botánico y zoólogo, senador por la provincia de Murcia, Presidente de la Real Sociedad Española de Historia Natural y director del Instituto, D. Ángel Guirao Navarro (1817-1890), así como a las aportaciones de la colección particular del destacado profesor, geólogo, arqueólogo y coleccionista de primerísima fila y reconocido prestigio, D. Francisco Cánovas Cobeño (1820-1904).
Difícilmente pueden encontrarse otras colecciones de índole semejante surgidas de instituciones educativas, pues difícilmente pueden darse personajes de tales cualidades −profesores, científicos destacados y personalidades de relevancia cultural−, aunados en un mismo espacio, tiempo y proyecto, y capaces de proporcionar auténticos tesoros de carácter privado para el disfrute de una colectividad educativa y de una sociedad provinciana.
La calidad de las piezas y la belleza de las vitrinas se hace patente en las representaciones de grupos de animales en su ambiente y contexto natural, escenificación un tanto novedosa para la época, ya que no era corriente y su ejecución requería una dedicación especial.
En épocas más cercanas, el trabajo de algún profesor ilusionado y constante ha servido para incrementar los fondos con aportaciones de interés científico, como es el caso del herbario realizado por D. Fernando González Manzano.
Física y Química
EL ÁREA DE FÍSICA Y QUÍMICA
La mayor parte del material científico se adquiere a partir de 1860, y en 1939 ya se contabilizan unos 837 aparatos.
Es evidente que la cantidad y calidad de las piezas que constituyen esta sección la convierte en la más relevante de su clase en nuestro país, a pesar de que los aparatos originales se han visto menguados por causas distintas.
Los robos del año 1844, las incautaciones del año 1887, los traslados de guerra de los años 1936-1939 y el desplazamiento descontrolado al nuevo centro en el año 1966, han sido los hitos más negativos y relevantes respecto a lo que se puede entender como pérdidas irreparables en el tesoro general de las colecciones museísticas.
Sin embargo, las colecciones de cosmología, topografía, medidas y propiedades de cuerpos, mecánica de sólidos, mecánica de fluidos, termología, meteorología, acústica, óptica, magnetismo, electricidad y electromagnetismo, dan una idea de la vitalidad y la importancia de estas colecciones.
Algunos de los aparatos aquí conservados fueron especialmente novedosos en su época, lo que pone de manifiesto la actualidad científica en la ciudad de Murcia. Sirvan como ejemplo los rayos X de Roentgen y el teléfono de Bell, que se encontraban en las instalaciones del Instituto a los pocos años de ser inventados, aun cuando todavía no estaban recogidos ni utilizados en centros de mayor reconocimiento o trascendencia institucional.
En los últimos años, la intensa dedicación de algunos catedráticos, como D. Antonio Sánchez y D. José Abelardo Vidal, ha visto frutos muy estimables en la puesta a punto de materiales y en la edición de un magnífico libro que éste último ha publicado, acogiéndose al programa Ciencia, Cultura y Sociedad de la Fundación Séneca.
Dos aulas del Musax homenajean hoy a personajes ilustres ligados a Murcia y al Instituto ALfonso X el Sabio: el Aula Olayo Díaz y el Aula Juan de la Cierva.
Imagen
ÁREA DE IMAGEN
De gran interés se entiende la experiencia que inició el Departamento de Imagen del Instituto en el Curso 1991-1992.
Siguiendo la línea marcada por el Instituto Alfonso X el Sabio, en lo que al Museo respecta, y dada la importancia otorgada en la actualidad al papel educativo de los museos, el Departamento de Imagen inicia la aventura, conjunta y colectiva, de la configuración de un pequeño museo didáctico de la Imagenque pueda dar cabida tanto a los objetos más humildes como a los más soberbios, pasando por materiales, instrumentos, y referencias de carácter marginal relacionados con la captura, impresión, reproducción, manipulación y proyección de imágenes. Para esta labor, y comenzando con paso corto pero con amplia ilusión, se cuenta con la colaboración del alumnado que participa en estos estudios de Imagen y Comunicación Audiovisual.
Qué duda cabe que, para esta pequeña aventura, mueve más a este Departamento el deseo de una humilde eficacia, que el atrevimiento ante el rastreo y la «captura» de ejemplares raros y valiosos.
Con la colaboración de alumnos, profesores y amigos, se pretende que las vitrinas y espacios asignados se vayan personalizando poco a poco y ganen en cantidad y calidad. Pero, sobre todo, se espera que los diversos materiales sean instrumentos educativos, al margen de su valor artístico y de su apreciación técnica o estética. Al fin y al cabo, cada objeto realizado por el ser humano inicia un proceso de transformación en objeto museable desde el mismo momento de su creación.
Por tanto, es deseable que, frente a las connotaciones negativas que pueda arrastrar la palabra museo, generadas en torno a las ideas obsoletas de almacenamiento y conservación, se desarrolle el diálogo entre la persona y la cosa; que el obscurantismo, la rigidez y el estatismo se desplacen en favor de un contacto más familiar, enriquecedor e instructivo; una relación entre el espectador y la obra en la que se potencie la curiosidad, la imaginación y la reflexión.
En el momento presente, esta Área tiene unos objetivos generales y específicos muy claros, insertándose en el conjunto del Museo y adquiriendo las exigencias de cualquier aula museística. Sin embargo, la finalidad didáctica y pedagógica puede verse alterada, enriquecida o incrementada desde otras perspectivas disciplinares. Y, tal vez, con el paso del tiempo y el interés de todos, éste que empieza como benjamín pueda alcanzar la categoría y la solera de sus hermanas mayores, esas espléndidas Áreas de Física y Química, de Ciencias Naturales o de la Biblioteca Histórica.
Mientras tanto, es deseable una cierta comprensión por las posibles torpezas iniciales, aceptando cualquier tipo de sugerencia que revierta en su ampliación y mejora.